Andina

Declaran Patrimonio Cultural de la Nación al Carnaval de Puquina en Moquegua

Se celebra en la provincia de General Sánchez Cerro

El Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación al Carnaval de Puquina, que se celebra en la provincia de General Sánchez Cerro, departamento de Moquegua.

El Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación al Carnaval de Puquina, que se celebra en la provincia de General Sánchez Cerro, departamento de Moquegua.

15:00 | Lima, feb. 16.

El Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación al Carnaval de Puquina, que se celebra en la provincia de General Sánchez Cerro, departamento de Moquegua.

Mediante una Resolución Viceministerial publicada hoy en el Diario Oficial El Peruano, se establece que esta declaración responde a que se trata de una manifestación en la que se conjugan diversos elementos de origen prehispánico y europeo que, de acuerdo a la cosmovisión local, favorecen la fertilidad y la reproducción social y agropecuaria, fortaleciendo a su vez la cohesión y la identidad cultural de la población del distrito de Puquina.

Las celebraciones del carnaval se inician luego del solsticio de verano (21 de diciembre), que coincide con la Navidad, y continúan con una serie de actividades durante el mes de enero y febrero. En el distrito de Puquina, los carnavales se celebran entre los meses de enero y marzo, época de intensas lluvias de la que se espera resulte una abundante producción agrícola y el crecimiento de suficiente forraje para alimentar al ganado. 

Como en la mayor parte de la región andina, en esta localidad, los recursos agropecuarios constituyen los principales medios de vida de la población, tratándose de una actividad económica que se encuentra ritualizada e integrada al calendario festivo. 

En este contexto se realiza el Carnaval de Puquina, importante espacio de expresión y transmisión cultural tanto para los residentes como para las familias que han migrado y vuelven especialmente para la fiesta.

Puquina

El distrito de Puquina se ubica al noreste del departamento de Moquegua, provincia de General Sánchez Cerro. Su capital, también llamada Puquina, se encuentra ubicada a 3,088 metros sobre el nivel del mar y a 181.5 kilómetros de la ciudad de Moquegua, capital del departamento.

Asimismo, se ubica al este de Omate, capital de la provincia de General Sánchez Cerro, territorio ocupado desde tiempos prehispánicos. Hacia el noroeste, dista 55 kilómetros de la ciudad de Arequipa, con la que históricamente ha establecido sus principales vínculos económicos.

En la actualidad, el distrito de Puquina posee una división político-administrativa de cuatro comunidades (Chilata, Talamolle, Salinas Moche y Santa Rosa), nueve anexos (Chacahuayo, Chuñuhuayo, La Huata, Orlaque, Segundía, Llojomure, Subín, Pocohuayo y Tohata), y tres caseríos (Vallecito, Aylaque y Jorata).


Celebración

El carnaval en Puquina tiene una duración de aproximadamente dos semanas, a lo largo de las cuales en diversos lugares realizan encuentros, yunzas y visitas entre vecinos. Oficialmente, el Carnaval de Puquina se inicia el 20 de enero de cada año, en la fiesta de San Sebastián, cuando los devotos de este santo realizan una serie de ofrendas, llamadas entrego, para pedir licencia a la madre tierra, el inicio de las lluvias y el inicio del carnaval.

Asimismo, las familias del distrito realizan lo propio en sus chacras y tinkan (bendicen) sus ganados, utilizando como elementos rituales la chicha, hojas de coca, aguardiente, cebo de llama e incienso. Esta costumbre se mantiene vigente en los anexos como práctica comunitaria y, los últimos años, cuenta con el respaldo de la Municipalidad de Puquina, instancia que lo ha incorporado como parte de su calendario institucional debido a la importancia que tiene para la población.


Las celebraciones continúan el sábado previo al domingo de carnaval, con el Encuentro de carnavales, actividad organizada por la Municipalidad Distrital de Puquina, que convoca a las comparsas de las distintas comunidades, anexos, y caseríos. 


Durante el encuentro se realizan "yunzas" o cortamonte, cada una de las cuales agrupa a los pobladores de un determinado lugar. La yunza consiste en la reunión de vecinos y familias alrededor de un gran árbol de eucalipto, debidamente ataviado con abundante serpentina y globos, cargado de diversos utensilios, menaje y prendas, alrededor del cual bailarán las comparsas y que, luego de varias rondas, será tumbado por una de las parejas participantes. Se trata de una costumbre extendida a lo largo del territorio nacional, que se lleva a cabo durante la época de los carnavales. Este encuentro constituye un espacio de representación de las identidades locales.

A partir del día siguiente, domingo de carnaval, las comunidades, anexos y caseríos, celebran durante uno o varios días para festejar las actividades propias del carnaval tradicional de Puquina: la entrada de carnaval, las visitas de devotos y la yunza. Si bien la fecha de los días de festejo varía en cada lugar, las actividades se despliegan de manera similar en todos estos lugares. 

Personajes del carnaval

El personaje del “Agüelo”, “Abuelo” o “Carnaval”, que personifica el tiempo de carnaval, tiene un rol protagónico a lo largo de los distintos momentos de la fiesta. A este se suma su “Viuda”, personaje que representa la alegría del carnaval.

Tradicionalmente, la llegada de los personajes se produce en lugares donde emerge el agua, como fuentes, manantiales o riachuelos, hecho que pone de manifiesto la estrecha relación simbólica entre esta celebración, el ciclo agrario y la fertilidad. 

La actividad es organizada por los devotos, personas residentes en Puquina y/o miembros de familias que han migrado y regresan a la localidad con ocasión de la fiesta. Por lo general, se trata de un varón y una mujer sin vínculo marital, quienes deben prever con antelación todos los requerimientos que demanda la festividad.


El “Agüelo” es recibido por una comitiva que lo espera con alimentos y bebidas; realizándose saludos y brindis, entre todos los asistentes. Luego de ello, este personaje es conducido a la casa de uno de los devotos, lugar donde se encuentran reunidos sus vecinos, familia e invitados, quienes luego de compartir el almuerzo esperan el inicio del baile. A este encuentro se le conoce como visitas a los devotos. 

Los músicos, cantoras y cantores juegan un rol muy importante en este momento, dado que a través de las melodías y las coplas se establece la dinámica de la reunión, con juegos y bromas entre los asistentes.

Las cantoras, cantores y músicos son reconocidos como los portadores y transmisores de la tradición oral y musical de sus comunidades. Tiempo atrás, los músicos tocaban la música del carnaval con guitarra, flauta y tambor pequeño; luego de pasar por la incorporación de otros instrumentos como mandolinas, acordeones y guitarras eléctricas, los músicos mantienen la afirmación estilística de la música del carnaval a través de la guitarra. 


Los músicos, que proceden de la localidad anfitriona, ejecutan los géneros del carnaval de Puquina manteniendo ciertas características singulares que las distinguen de la ejecución que realizan los músicos de otras comunidades del distrito.

Por su parte, las cantoras suelen ser mujeres adultas, con mucha capacidad para la improvisación versada y una memoria muy desarrollada, que les permite mantener el juego propio del carnaval, recreando las circunstancias y acontecimientos que ocurren durante esos días. 

Si bien las coplas mantienen una continuidad año tras año, también se generan nuevas coplas que reflejan la actualidad local. La presencia hispánica temprana y continua en esta zona ha influenciado su desarrollo y vigencia. En sus composiciones, se aprecia la irreverencia propia de la festividad carnavalesca mestiza y, en su uso, es posible encontrar figuras tradicionales que se reconocen por la composición de sus letras. 

Durante las visitas a los devotos, varones y mujeres arman la rueda o pandilla y de esta manera, inician el recorrido colectivo por el centro poblado. Acompañados de la música y las coplas, el grupo se desplaza visitando a los vecinos, muchos de los cuales se irán sumando a la celebración. 

En su recorrido, la pandilla conducida por el “Agüelo” es agasajada por los vecinos, quienes ofrecen alimentos, chicha y aguardiente a los participantes a lo largo del recorrido. Cuando ingresa a una vivienda, la pandilla es guiada por los músicos, que marcan la pauta del juego; cuando se trata de alimentos de la chacra, el “Carnaval” los recibe en un costal, bendiciéndolos, para ser entregados a alguno de los allegados de los devotos. Al finalizar, continúan con su recorrido por la calle hacia la vivienda de otro vecino, donde se repite la dinámica. 

En los casos que los festejos tienen una duración de más de un día, las visitas a los devotos se repiten y una vez concluidas, la pandilla, devotos e invitados se dirigen hacia el campo, donde ha sido plantado un árbol para hacer la "yunza" o cortamonte. Allí se encuentra un grupo de vecinos aguardando. En este lugar también se ha emplazado un equipo de sonido, que servirá a los músicos para amplificar su música.

La norma encarga a la Dirección de Patrimonio Inmaterial, en coordinación con la Dirección Desconcentrada de Cultura de Ayacucho y la comunidad de portadores, la elaboración cada cinco años de un informe detallado sobre el estado de la expresión declarada, de modo que el registro institucional pueda ser actualizado en cuanto a los cambios producidos en la manifestación, los riesgos que pudiesen surgir en su vigencia, y otros aspectos relevantes, a efectos de realizar el seguimiento institucional de su desenvolvimiento y salvaguardia, de ser el caso.

La resolución lleva la firma del viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, Luis Guillermo Cortés Carcelén.

(FIN) LZD/

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Publicado: 16/2/2019