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La historia del peruano que diseñó una máquina voladora en el siglo XVIII

El libro "Navegar por los Aires" analiza su increíble trabajo y su vinculación con la ciencia.

Santiago de Cárdenas nació en 1726 y fue apodado "el Volador" por diseñar una máquina que no pudo llegar a construir.

Santiago de Cárdenas nació en 1726 y fue apodado "el Volador" por diseñar una máquina que no pudo llegar a construir.

07:27 | Lima, ene. 23.

Por Harold Moreno Luna

Santiago de Cárdenas, apodado "el Volador", fue un peruano de origen humilde nacido en 1726 que estudió la anatomía y el vuelo de las aves, realizó dibujos detallados y escribió memoriales al Virreinato exponiendo el proyecto de construcción de una máquina voladora.

Es, además, protagonista de una tradición de Ricardo Palma, y su obra, perdida en el incendio de la Biblioteca Nacional de 1943, ha aparecido de nuevo. Dos hermanos, un físico y un biólogo, investigaron su trabajo durante años y publicaron el libro "Navegar por los Aires", que revela la ciencia y la historia de este increíble personaje. 

Aves, dibujos y un artefacto singular

Para comprender el trabajo de Santiago de Cárdenas es necesario conocer algunos datos de su vida. Se sabe que nació en Lima o en el Callao, aunque creció en el Primer Puerto peruano. Trabajó en su juventud en barcos, desarrollando una fascinación por las observación de las aves fragata, preguntándose sobre la naturaleza de su anatomía y de su vuelo. Durante su juventud recorrió las costas hasta que el gran terremoto de Lima de 1746 destruyó el Callao. A la catástrofe sobrevivieron solo 200 personas: Santiago debió ser una de ellas, según los autores. 

Santiago se mudó a Lima, donde trabajó como artesano. Aquí descubrió otras aves: los gallinazos y los cóndores, aves andinas que por entonces bajaban aún hasta la costa peruana y a las que iba a contemplar a zonas altas como las Lomas de Amancaes. Santiago observó sus vuelos, cazó algunas de ellas para estudiarlas y realizó dibujos detallados, pero alejado de toda corriente científica o de la escuela de ornitología. Nunca tuvo el dinero ni la posición social para dedicarse a una vida académica. 

"Una cuestión netamente naturalista, empírica. Totalmente autodidacta", precisa a la Agencia Andina Luciano Stucchi, físico y coautor del libro "Navegar por los Aires" junto con su hermano Marcelo, biólogo. "Y cuando uno lo lee, se da cuenta de que era un persona muy aguda por los razonamientos, por la forma de argumentar, de expresarse; a pesar de haber 250 años de diferencia con él".

Reconstrucciones de algunas ilustraciones descritas en la obra de Santiago de Cárdenas fueron parte de una exposición temporal en la Universidad del Pacífico.

Fue la observación de las aves la que lo llevó a especular qué sería necesario para que los humanos construyeran un aparato que les permitiese volar. Cuando creyó tener la respuesta, escribió un memorial al virrey Manuel de Amat y Juniet, en 1761, pidiendo recursos para construir su máquina.

La máquina voladora

El virrey encargó la revisión del tema a Francisco Cosme Bueno, médico y cosmógrafo mayor del Virreinato del Perú, además de catedrático de la Prima de Matemáticas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. 

Cosme Bueno revisó el texto  —probablemente con otros académicos— y lo rechazó. "Hay que tomar en cuenta que, en esa época, lo que llamamos ciencia era una mezcla de filosofía, física y un poco más. Además, es claro que los que leyeron no entendieron el funcionamiento del aparato. Argumentan, por ejemplo, que es imposible que un humano aletee y genere suficiente fuerza para volar, mientras que él nunca plantea eso, sino un vuelo con alas estáticas, similar al de los aviones", explica Luciano Stucchi. 

Santiago de Cárdenas realizó los primeros estudios biológicos modernos de aves como el cóndor andino. 

La máquina planteada por De Cárdenas se basaba en el principio físico de la sustentación. Su observación de las aves lo llevó a deducir que, para que el aparato pudiese volar —aunque, en realidad, se trataba más de un planeo de forma controlada—, se requería una proporción determinada entre la superficie de las alas y el peso del aparato. Santiago llega, incluso, a sustentar su teoría de forma matemática

De forma similar a lo que existe en los aviones actuales, De Cárdenas ya había diseñado una suerte de forma de semigota cóncava para las alas de su aparato, a fin de que el aire pueda sostenerlo durante el vuelo. Además, diseñó unas estructuras en la punta de cada ala a las que denominó "rodesnos", una especie de engranaje abierto que -creía- permitiría el paso de aire para empujar el aparato hacia adelante.

 Reconstrucción libre de la máquina voladora realizada por el artista Fernando Prieto. 

Su máquina iba a tener también un timón para mover la cola y cambiar la dirección, así como un sistema de contrapeso interno para cambiar el grado de inclinación hacia adelante o hacia atrás.

"Entonces, él llega a los cálculos de esta proporción (entre la superficie de alas y el peso del aparato), que son muy parecidos a los datos de Otto Lilienthal de más de cien años después, que efectivamente voló", dice Stucchi.


El vuelo que no llegó

Tras el rechazo inicial, Santiago perfeccionó su idea y preparó un segundo memorial. En ese proceso, que tardó un año, se hizo amigo de nobles y de personas con bibliotecas, lo que le permitió ampliar sus conocimientos y reforzar sus planteamientos con ideas de otros académicos. Según refiere Ricardo Palma en "Santiago, el Volador", una de sus Tradiciones Peruanas, el segundo memorial fue tan poco exitoso con el Virreinato como el primero. 

Sin embargo, los hermanos Stucchi creen que aquí hay un error de interpretación de parte de Palma, surgido cuando él encontró los manuscritos en la Biblioteca Nacional y comenzó a transcribirlos, tratando de interpretar el mensaje y de modernizar el lenguaje. Y es que la complejidad del tema y la falta de algunas ilustraciones perdidas lo llevaron a dejar el trabajo a la mitad.

Ricardo Palma dedicó una de sus Tradiciones Peruanas a la vida y obra de Santiago de Cárdenas.

Pero una transcripción literal de los manuscritos, realizada en 1937 por encargo de la Fuerza Aérea, da a entender que Cosme Bueno aceptó los nuevos argumentos del inventor. "Dice De Cárdenas que, como el tema había generado mucho revuelo en la ciudad el año anterior, el virrey no quiso hacerse problemas y lo rechazó". 

La travesía de los manuscritos 

Tiempo después, en algún momento de la década de 1780 y cansado de la falta de apoyo local, De Cárdenas llegó a escribir un tercer memorial, pero esta vez dirigido nada menos que la mismo rey de España. El caso iba a ser revisado inicialmente por el Ducado de San Carlos, un entonces reciente  título nobiliario concedido por Carlos III a un alcalde originario del Virreinato del Perú.

No se sabe bien qué pasó después, o siquiera si el documento llegó a España. 

Los manuscritos de Santiago de Cárdenas llegaron a la Biblioteca Nacional del Perú casi cien años después de manos de uno de sus directores, Manuel de Odriozola, y ahí se conservaron hasta que desaparecieron durante el terrible incendio de esta, en 1943. Lo que se sabe de ellos es gracias a la transcripción de la Fuerza Aérea de 1937 y a los estudios de Ricardo Palma.

Por la desaparición durante muchos años de los manuscritos originales, los hermanos Stucchi basaron gran parte de su trabajo en las transcripciones de Ricardo Palma y de la Fuerza Aérea del Perú.

Cabe señalar que la Dirección de Protección de Colecciones de la Biblioteca Nacional del Perú viene realizando un trabajo de recuperación y catalogación de algunos textos que sobrevivieron al incendio (el fuego y el agua usada para apagar el incendio dispersaron papeles por todas partes, y muchos fueron hallados, secados y cuidados por vecinos, y guardados y devueltos después). Al cierre de esta edición, nos confirmaron que entre lo recuperado del incendio hay manuscritos de Santiago de Cárdenas, a los que los hermanos Stucchi esperan poder acceder pronto y seguir investigando.

Antes del incendio, tampoco estaban completos. "Faltaba la explicación detallada de la máquina, porque él habla constantemente del diseño que explicará después, y cuando el texto llega a esa parte, el texto se corta. Es como un texto que falta, que se separó. Suponemos que pudo haberse ido con el Ducado de San Carlos", lamenta Stucchi. La transcripción de 1937 tiene algunas ilustraciones. Pero ninguna de la máquina.

En octubre de 2015, el Ducado de San Carlos entregó sus documentos y fotografías al Archivo Histórico Nacional de España. Sin embargo, está todavía pendiente su revisión y catalogación completa. 

Una larga investigación

El interés en Santiago de Cárdenas nació cuando el biólogo Marcelo Stucchi investigó las aves marinas en el Perú y comenzó a buscar referencias bibliográficas de siglos anteriores. Así llegó hasta "el Volador", encontrando que no se trataba de un personaje ficticio que incluso había sido referido por el precursor de la independencia Hipólito Unanue.

Recreación de una de las láminas descritas por De Cárdenas.

Su búsqueda le permitió llegar hasta la transcripción que hizo Ricardo Palma de los textos de Santiago de Cárdenas, que encontró en la Biblioteca Nacional. El biólogo escribió, entre el 2010 y el 2012, un pequeño tratado sobre la importancia de este personaje desde el punto de vista biológico. Y es que Santiago de Cárdenas realizó la primera descripción biológica moderna del cóndor. 

Luego, su hermano Luciano se interesó por la parte física y matemática del caso. El libro se gestó durante más de seis años de investigación. "Revisamos el texto desde todos los puntos de vista que pudimos abarcar: biología, física, la parte matemática, etcétera", refiere Stucchi.

Solo sobrevivieron cinco dibujos de Cárdenas. A partir de las descripciones de varias láminas ausentes, pero explicadas en el texto de De Cárdenas, los hermanos realizaron una reconstrucción inicial en boceto, y luego encargaron al artista Marco Carpio la creación de ilustraciones con un estilo similar al de "el Volador".  Se trata principalmente de dibujos de la anatomía de las aves y de su vuelo. 

Se conservan pocos dibujos realizados por De Cárdenas, ninguno de la máquina. Estas son dos reproducciones de los originales: un dibujo de aves y un autoretrato. 

En una exposición temporal realizada en la Universidad del Pacífico se exhibió una reconstrucción libre de la máquina de Santiago de Cárdenas, realizada por el artista Fernando Prieto. Salvo algunos detalles, comenta Stucchi, es bastante cercana a como pudo haberla planteado su creador intelectual. 

Ricardo Palma cierra su tradición sobre De Cárdenas lamentando que su ingenio haya llegado a sus días sin mayor fama o reconocimiento que el haberse convertido en personaje usual de espectáculos de títeres. 

"Hasta después de muerto lo persigue la rechifla popular. El destino tiene ironías atroces", escribió Palma. Tal vez, el trabajo de los hermanos Stucchi, y otros investigadores que vengan, pueda reivindicar a un hombre cuyo único pecado —que sepamos— fue querer volar.

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(FIN) HML/SPV


Publicado: 21/1/2020